lunes, 17 de agosto de 2015

La foto

Miraba la foto cada noche, le dedicaba diez intensos minutos, le hablaba en silencio desde su corazón. Le rogaba a los dioses que se la trajeran de vuelta, suplicaba al universo, concentrado en su ojos … miraba sus manos y recordaba sus caricias, miraba sus labios y recordaba sus besos, imaginaba su voz… aquella mirada pícara y la camiseta de tirantes desafiante, con sus hombros bronceados ligeramente. La miraba y pensaba en sus enfados, en sus comentarios hilarantes, en su mal humor cuando tenía jaqueca o cansancio. En sus quejas por lo que la hacían trabajar en vano… diez minutos en los que se aferraba tanto a ella… sólo de pensarlo le dolía el pecho. Y cuando empezaba a impacientarse… oía la llave en la cerradura de la puerta y soltaba la foto y salía corriendo a estrecharla entre sus brazos, besarla e imaginar de qué humor llegaría… con hambre, cansada o llena de energía, con ganas de contarlo todo… con ganas de ganas y volverse locos de amor.

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