domingo, 26 de junio de 2016

Que se coma las rosas

Quiso darse otra oportunidad pero comprendió que por muchas rosas que le regalara no era hombre para ella.
Un hombre no acorrala, no persigue, no juzga. Una pareja sigue siendo una pareja, dos, no uno... no puede autorizarte con quién o no hablar; no puede exigirte que le pertenezcas, no eres su propiedad.
Imagen de la red

No puede insultarte porque bromees o coquetees, no puede prohibirte cómo vestir, cómo comportarte, con quién salir o dónde ir... no puede controlar lo que escribes, lo que piensas, lo que anhelas, las metas por perseguir.

Mejor que se coma las rosas, la bilis y ese supuesto amor que no es más que cobardía, inseguridad y carencias sentimentales, de quien no sabe ni quererse a sí mismo.
Sí debes darte otra oportunidad, claro, y mil, no eres tú el problema, ni la causa... es su baja estima... sin pena, ni gloria, su propio veneno y su extrema maldad.©

No hay comentarios:

Publicar un comentario