lunes, 15 de agosto de 2016

Dos fin de año

Caía la tarde y estaba solo en casa, puso el CD con viejos blues, encendió un cigarro y mientras el humo se reflejaba en el cristal, veía el ajetreo de algunas personas en la calle. Su mente se fue con aquellas volutas y recordó que el año en que lo desahuciaron vivió en los sitios más extraños que puedas imaginar... en el coche, en casa de varios amigos, en el portal de su hermana … Ahora recuperada la casa de su madre, no había nada en el mundo que le apartara de allí … un escalofrío recorrió su espina dorsal al ver el mensaje en el móvil ... era ella, al filo de su media noche, podría aprovechar para felicitarla por el nuevo año ... esperó que comiera las uvas, que festejara con su familia mientras caía la noche. Seguía solo, nada de eso iba a cambiar pero esa soledad era menor teniéndola del otro lado de la pantalla. Ella sabía escucharlo, sabía entenderlo y se puso triste y nostálgico. Mientras la gente se iba preparando, la algarabía se apoderaba de las calles mientras le contaba.
Foto cedida por Noermí RHpositivo. Derechos Reservados.
Ella escuchaba paciente todas sus aventuras. Era un gran poeta, un escritor de esos que a pesar de su fama y no morir de hambre, apenas tenía para vivir. Un divorcio terrible, un exilio voluntario de aquel corazón despiadado, y ahora ella, allí junto a él a través de la tecnología que les unía y el maldito espacio y tiempo que les hería la piel a distancia.
Se acercaba su hora, su fin de año, podía oír los gritos de la gente en la calle ... su móvil no dejaba de parpadear, felicitaciones de amigos, hijos, hermanas, enamoradas de todo el mundo. Su soledad pesaba como una loza, peor que andar sin casa, ni rumbo fijo. Ahora que casi tenía todo, a punto de entrar en otro año le dijo: “mi celular no para, pero tú eres la última persona con la que hablo del año que se va y la primera de este, y ¿sabes? Es con quien quiero estar”. Al otro lado, ella casi moría de sueño ... seis horas hablando, seis horas … y las lágrimas salieron sin querer y sólo alcanzó a decir: ”he partido el año dos veces”©

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