Me invadieron las palabras, los besos, el tiempo detenido en una mirada...
Me asomé a la ventana de mi mente y pasaron cientos de imágenes.
Escuché miles de voces en las que el viento siempre me trae tu nombre.
Me vestí de ayeres y me perdí entre tus brazos y mis latidos. Sonaban fuertes, esperando despertar tu corazón que ya no duerme.©
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