viernes, 31 de enero de 2014

´Caídos del Cielo´

El escritor y periodista Santiago Gil presentó este 30 de enero en la sala Ámbito Cultural del Corte Inglés en Las Palmas de Gran Canaria la primera novela de Ramón Betancor, `Caídos del suelo´, (aunque a algunas personas les diera por denominarlo caídos del cielo, jajajajajaja). Para Santiago Gil, esta sala cultural es casi, casi como estar en casa, porque forma parte de su vida y creo que se siente tan a gusto en ella, que es capaz de hablar de esa forma tan resuelta escondiendo parte de su timidez. Cierto también, que como en esta ocasión el protagonista era otro, Santi, podía hablar sin titubeos. Y dijo cosas con las que quienes hemos leído el libro no podemos estar más de acuerdo, algunas de esas frases como “no parece una primera novela; Ramón ha descrito La Habana mejor que cualquiera que me la haya descrito habiéndola visitado, esa es una de las ventajas de los escritores, poder describir un lugar sin haberlo visto; en el libro de Ramón hay poesía, hay ritmo, cada vez que lees es como un golpe en el estómago, un golpe bueno, porque tiene pasión, intriga y hace que lo leas de corrido, que no puedas parar de leer” y quizá lo último que resaltaría es lo que dijo Santi acerca de cómo Ramón ha sido capaz de poner el acento y la forma de hablar de los personajes, cubano, argentino, madrileño… “eso es algo que caracteriza a Ramón, en lugar de hacer uso fácil de contar las cosas de forma indirecta, pone el diálogo en los propios personajes”, o algo así, que me perdone Santi si no uso sus palabras exactas… el fin es el mismo. 
El cara a cara entre estos dos escritores fue digno de disfrutar, Santiago que consideró el estilo de Ramón como "galdosiano", hacía preguntas entresacando textos del libro, muchas de ellas pronunciadas por los personajes.
Gil, entre otros autores, mencionó a Hemingway, y su experiencia como periodista, a  Flaubert y su Madame Bovary, reflexionando, de un lado, cómo muchos escritores que tenemos la suerte de haber pasado por el periodismo diario, el estres que no te permite tiempo para leer o escribir todo lo que quisieras, te da sin embargo después la capacidad de transformar esas las vivencias en historias; y de otro lado, el reconocimiento personal que hacemos en cada uno de nuestros personajes, en quienes depositamos algo de nosotros mismos. Tal y como apuntó Flaubert cuando en un juicio le preguntaron quién era Madame Bovary y respondió sereno al juez: "Madame Bovary c'est moi".

Me encantaría hablar y hablar del libro, pero no puedo hacerlo, no puedo destripar a nadie su contenido. Si lo hiciera sería faltar el respeto a Ramón, pero sí quisiera decir algunas de las cosas que ya le dije a él en privado:
Ante todo que envidio tu soltura, ojalá pudiera enlazar como tu página a página un entramado así... pero esto es un comentario personal. Con respecto al libro en sí, te diré que hay dos cosas que me han sorprendido, de un lado, que no des los dos apellidos de los protagonistas, tan sólo de uno. Bueno es curioso que me ha recordado a las clásicas novelas negras de Raymon Chandler sin que haya un detective privado, sin que haya una persona ajena y subjetiva que vaya atando cabos. Es esa precisamente otra de las cosas que me han llamado la atención, normalmente el detective de novela es ese personaje inteligente que va dando pasos y averiguando la vida de los demás sin tener implicación directa con ellas, pero aquí Mario Rojas está implicado hasta la médula, lo que la hace diferente a la novela negra. Supongo que nada de esto es nuevo para ti, que te lo habrán dicho otras personas.
Felicitarte por tu rigor histórico, pensaba que podría cogerte en algún renuncio donde olvidaras que no se puede fumar en sitios públicos o que al contrario dijeras que no en una época donde no existía la ley antitabaco. Las descripciones de los diferentes paisajes que visita Mario, tanto en la Habana como en las islas, lo poco que hablas de Barcelona o el Madrid que yo personalmente adoro. Hablas poco sin comprometerte a meter la pata con direcciones o descripciones que no conozcas de verdad, con lo cual dejas la duda de si en verdad conoces todos los rincones que describes o son licencia literaria. No dejas atrás la Barcelona del 92, aunque sí la Sevilla, jajajajja, la podías haber metido de relleno (es broma). Quizá eché de menos algo de los años 80, pero claro es una época que por tu edad no creo que la vivieras. Tu eres más joven que Mario y eso también me sorprende un poco, me parece atrevido que seas capaz de escribir sobre épocas anteriores a ti. En definitiva y para no darte la vara, me gusta, ya se lo he pasado a mi hermana y haré una reseña para apoyar tu campaña de marketing tan bien orquestada...
Quiero más, Ramón Betancor, esperaré los dos que faltan de la trilogía del Clan, pero sobre todo quiero el cuarto, el quinto y todos los que vengan detrás… ánimo, compañero, amigo… y que nos sigamos viendo las letras.
“El Arte es como un dios invisible, intangible, infranqueable, inquebrantable, intolerante, indescifrable, inagotable, incontestable, indefinible, incontenible…” `Caídos del suelo´, Ramón Betancor



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