lunes, 20 de julio de 2015

Deja que...

Sólo es un pequeño descanso en el camino, un alto para reflexionar. No se te ocurra molestarme ahora que he conseguido dormitar. 
A veces me puede la tristeza, otras el dolorido corazón y, mientras, tú agazapado esperas el momento de saltar para arañar sin compasión. 
Deja que cierre los ojos, deja que pueda soñar, que tal vez con mis enojos, te pueda volver a atrapar.
Deja que recobre fuerzas, déjame un tiempo no más. Qué cuando menos lo esperes, el eco de mi voz te castigará con precisión.

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