sábado, 8 de agosto de 2015

Impaciente

Ya estaba desesperada y a punto de irme cuando apareciste... me llamas impaciente y es cierto, pero algo me decía que vendrías. Y ahora estamos aquí como dos tontos en el café lleno de gente, y casi
sin tener que decirnos. Llueve fuera y ¿sabes? Tampoco necesitamos palabras, siempre dices que el silencio a veces es más íntimo....ya se me pasó el enfado, sabes que no me duran nada. Invítame a otra copa y vayamos a casa...
Este viernes prometo que aunque llueva y esté triste, veremos las perseidas reflejadas en nuestro cielo.

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