Su tercera aparición fue una auténtica sorpresa… tenía cerca de 13 años, estaba de vacaciones con su familia y habían ido a visitar la Catedral de Toledo. Esta Catedral tiene una historia muy peculiar, es grande como todas, tiene cinco naves, se hizo por etapas, e incluso fue utilizada como mezquita. En Toledo convivieron las culturas árabes, judía y cristiana, por lo que existe una gran imprimación religiosa y misteriosa en sus calles estrechas. El frío y la niebla que se mezclan algunas noches, confieren al casco histórico de empedradas calles los misterios que tiene cualquier ciudad antigua del mundo, eso lo comprobaría años más tarde. Leyendas de espíritus y almas de brujas de la época de la Inquisición española, el dorado del órgano principal… Toledo es una ciudad con mucha historia no cabe duda, y a ella le apasionaban esas cosas. Dentro de la Iglesia se separaron, cada uno fue a ver lo que le apetecía. Llena de turistas como ellos, las pequeñas capillas donde están enterrados los arzobispos y también el panteón de la familia Luna, permanecen a oscuras, para verlos tienes que depositar una moneda e inmediatamente se encienden las luces y dejan ver toda la imaginería. La Catedral estuvo plenamente terminada bajo el mandato de Isabel la Católica, lo que hace que sea suntuosa y regia. Ella se zafó del resto de la familia y se fue a la zona sur donde está ubicado el majestuoso órgano del Emperador. La zona estaba muy oscura, se quedó sola en un momento y se acercó a un huequecito pequeño y enrejado que era el lugar de acceso al órgano. Cerrado al público. Le llamó la atención, nunca supo por qué… pero algo la atraía hacia allí… se acercó más, pegó las narices a los barrotes dejando que su vista se perdiera escaleras arriba.
Era un pasadizo estrecho de escalones de piedras muy estropeado, tanto que era necesario protegerlo y muy pocas personas están autorizadas a usarlo. De repente cuando su mirada descendió se lo topó de frente… era un hombre vestía de negro y le hacía señas para que lo siguiera. Se quedó petrificada, no sabía si era real o era un sueño. El hombre subía los escalones y ella iba detrás como autómata… llegó hasta la parte superior donde el enorme órgano dejaba ver sus tripas, Le quiso preguntar cuando de repente oyó a su madre que la llamaba, la llamaba a gritos porque ya se iban… ella no se había movido de los barrotes. No supo el tiempo que estuvo allí, para ella fueron segundos, pero su familia había visto todo lo visitable. El grito de su madre la devolvió a la realidad y nadie quiso creerla cuando se los contó. Tenía frío, estaba pálida y su madre temió que fuera a ponerse mala y estaban lejos de casa… lejos de casa… sonaron sus palabras en su embotado cerebro… ¿Qué le sucedía? ¿Qué era todo aquello?, necesitaba una explicación lógica a sus visiones. ¿Se estaría volviendo loca?
Trató de investigar si había personas de su familia con dones extrasensoriales, si había antecedentes de locura… y todo ello de la forma más discreta posible.
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