"Su ausencia invade mi espacio", pensó. La costumbre salpica el alma como las olas, cuando bate con furia el mar... la sal abraza las heridas y puede que curen, pero duelen a rabiar.
Retumba el eco del silencio, las fronteras marcan la distancia abismal entre dos corazones rotos...
Los recuerdos se enfrentan en duelo, y esquivan sablazos, pero no pueden evitar roces mortales, que hacen sangrar.
Una mirada, un beso... someten los sentimientos al olvido y la tristeza asoma por la ventana y quiere volar....navega la mente y lo busca. .. tal vez lo vuelva a encontrar.
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