Nadie encontraba al viejo responsable de las salinas. .. Leandro llevaba más de 50 años trabajando y ahora de forma honoraria la familia propietaria de las mismas, lo había puesto de conserje en el museo construido para divulgar la historia de esa dedicación añeja y que ha ido evolucionando gracias a la tecnología... la forma de recuperar la sal no cambia... el proceso es el mismo y Leandro ha instruido a más de unos de esos jovenzuelos que manda el Servicio Canario de Empleo. Y precisamente este día que llegaban dos chicas nuevas, el viejo no aparecía. El grito de una turista alemana les alertó....entre la blanca sal flotaba el cuerpo del viejo Leandro... Ese día el museo tuvo que cerrar. Policías, forense, ambulancias. ..maldita la hora que se acercó a comprobar si todo iba bien... Días más tarde la autopsia reveló que al viejo salinero le falló el corazón. Detestaba las máquinas, el control de calidad a través de ordenadores. .."esos demonios vienen a sustituirnos" gritó una década atrás... El viejo salinero en las salinas murió.
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