Mi campanilla reservó polvo de hadas para hacerme regresar al país de Nunca Jamás... y volé con ella, descalza y el alma al aire... necesitaba encontrar a la niña que fui... la niña grande que amó, sufrió, lloró, fue amada, soltó carcajadas... que es madre y desde entonces tiene más de un corazón.
La niña que se cobijó en un abrazo materno, que subió a la grupa del padre mimosa y que ahora prodiga palabras que ellos le regalaron.
Ilustración de Gara Alvárez, 13 años, Gran Canaria, DR |
La niña que a veces cierra los ojos y salva indios y pelea a muerte con piratas, huye de cocodrilos y hombres con garfio...
La niña que llora a su hada y le susurra que vuelva a buscarla, que siga conservando polvos... que quiere volar lejos, alguna madrugada.
La niña se aferra a la vida y sus lágrimas doradas sonríen, mojando de triste alegría sus alas.
Niños internos, cuánto me gusta ese tema! Yo siempre digo que en vez de niño interno tengo un adulto interno, orgullosamente seré un Niño Perdido de Nunca Jamás
ResponderEliminarGracias Kéllyta, la verdad es que todas tenemos una niña interior... y con esa ilustración realizada por Gara a los 11 años, ¿quién no se inspira? es una artista
EliminarQue cosa más preciosa has escrito !!!!! Te mando mil cariños ..... yo intento ser mi propia hada jajaja
ResponderEliminarGracias Ana, esos comentarios son los que hacen que valga la pena escribir y seguir adelante. Un saludo
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