Déjame sorprenderte cuando menos lo esperes, que te cubra de besos en un rincón, aunque sea en mi mente.
Déjame que te traiga una flor con aroma a recuerdos de tiempos mejores... de aquellos tiempos de amor a destajo, de cuerpos calientes.
Déjame que desnude tu cuerpo y te cubran mis manos, dejando que encuentren el camino de siempre.
Déjame, déjame, que te tiente, que vengo arreglada, y dispuesta, eternamente a quererte.
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