domingo, 28 de agosto de 2016

Maravilloso sueño

Ser arqueólogo hoy día no tiene mucha salida, tanto es así que ni uniendo mis dos pasiones arqueología y mar he podido dedicarme de lleno. Hoy doy clases en un instituto y puedo decir que tras varios años bajando al mar por encargos y sacar un extra, que por cierto hoy empleo en pagar la Universidad a mis hijas, este proyecto es lo mejor de mi carrera profesional.

He participado en las excavaciones de La Cueva Pintada, lo que me hizo amar esta tierra, dejar mi Madrid natal y vivir en El Agujero... he escrito un libro que ha pasado más con pena que gloria sobre los pecios descubiertos en aguas Canarias.

Ahora ha llegado esta oportunidad y ¿Qué arqueólogo no ha soñado con esto? Desde el año 2.000 que se descubrieron estas dos ciudades congeladas en el tiempo frente a Alejandría, llevo enviando solicitudes desesperadamente y por fin me han pedido que venga... ni lo pensé, pedí excedencia, y recibí todo el apoyo de mi mujer e hijas. Excavar a 10.000 metros bajo el mar es tan emocionante como hacerlo bajo tierra... he encontrado utensilios religiosos de gran valor histórico. Documentar esto llevará unos años más y a mi edad sabía que apenas podría aportar un granito de arena... pero es esta arena del Mediterráneo la que me ha devuelto las energías necesarias para afirmar que mi vida ha valido la pena. Egipto es una de las civilizaciones míticas y aunque no haya participado en el hallazgo, puedo afirmar que por fin pongo un broche a tanto esfuerzo. Nunca perseguí reconocimientos y sé que pocas personas lo sabrán, pero al menos mis padres e hijas se podrán sentir orgullosos y mi mujer ver compensados tantos sacrificios. A mis casi 50 me muevo entre restos de más de 2.500 años... ¡Maravilloso sueño!©

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