lunes, 26 de septiembre de 2016

Esperanza

Arañando al amanecer mientras empieza a clarear el día, mientras entra la humedad y la bruma marina, empieza a nacer la esperanza.

Porque nadie puede robarla, porque nadie puede tocar ni con una varita mágica lo que sentimos, deseamos, anhelamos, perseguimos.

Falsos suspiros se ahogan en la noche, incumplidas promesas que desfilan en la oscura conciencia.

Triste soledad la que arrastran las débiles almas que no acarician sino con devoción efímera otras almas.

Renace la ilusión, las ganas, la fuerza vital que renueva energía y empuja al talento en quien en sí confía.

Tristes los lastimeros latidos de quien sólo habita el mundo, sin vida, sin amor verdadero y se conforma con ser ave de paso que otea, prende y suelta presas con las que jugar.

Restos de café, un beso eterno plasmado en una servilleta, un adiós, un hasta luego, un lindo día, hasta que volvamos a encontrarnos, hasta que me eches de menos y me quieras todavía...
Amanece que no es poco, y la esperanza crece con el nuevo día.©

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