No te quiero ni mirar... ronroneas entre mis piernas las noches frías, pero en cuanto puedes te escapas por las terrazas, los tejados. Te escondes en contenedores, buscas otras casas y otras caricias. Ahora estás ahí atrapado tras el cristal de una casa que no es mía y ¿Quieres que te vaya a buscar? Apáñatelas como puedas y si quieres regresar ya sabes el camino de vuelta, pero no pretendas que te venga a buscar.
No quiero ni mirarte porque me pones ojitos y tratarás de convencerme. Si eres gato callejero puede que sea en la calle donde te debas quedar.
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