"Te regalo la noche", dijiste. Vi imágenes cargadas de posibilidades, un futuro no escrito. Vi desaparecer la oscuridad, la nostalgia y la soledad hacerse añicos.

Solo pude sonreír con una mueca tonta. La misma que tú me ofreciste, algo tan impredecible y único...
Acepté tu regalo, bebí la noche. Me embriagué de ausencia con la certeza de verte en cada esquina.
Y todo me recuerda a ti... tu voz pausada me grita y sé que ese hilo que cose tu alma a la mía no se romperá en la vida.
"Te regalo la noche", susurraste cerrando tus ojos, y no entendí, que era yo quien dormía.©
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