Imagen de la red. |
Y si en vez de perder el tiempo discutiendo nos rendimos a besos? Inventemos caricias y que nuestros gritos sean arcaicos y guturalmente incomprendidos.
Dejemos al cuerpo pronunciar palabras que conjuguemos en equilibrados juegos malabares y labiales. Y, en lugar de acelerarnos queriendo hablar primero, andemos despacito por la ruta del ombligo.
No perdamos el tiempo, perdamos la ropa y negociemos quien muere primero o, si como protagonistas, morimos juntos.©
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