Ella le dio su perfume, él lo guardó en un bolsillo. Dijo que no lo olería porque lo llevaba consigo.
Él sabía que el amor de su vida y ella, ella, lo esperaba sabiendo que lo decidió el destino.
Ambos se enredaban en palabras y besos, en versos y sueños. Ambos sujetos al tiempo y al desvarío.
Ella le dio su perfume, él lo guardó en un bolsillo...y se liaron días y noches hasta más allá del infinito.
Se despidieron en un taxi, temblorosos, tristes y algo perdidos, pero el reencuentro, ya estaba escrito. ©
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