sábado, 14 de abril de 2018

Infancia

Los mayores hablaban de no sé qué equinocio, pero nosotros decidimos no 'ajuntarnos'... ya sé que no valen los arrepentimientos, ni que ahora me digas que tiraste la maceta desde el tejado para asustar a los gatos. Era mi judía pinta, aquella que metí en el bote de cristal con algodón y empezó a crecer. La había trasplantado con la ayuda de mi padre. De nada me sirve ahora que me digas que me comprarás un ramo, ni mucho menos que me digas que nos casaremos cuando crezcamos. Por mí te buscas otra idiota porque yo lo que quería era que me cocinaras tu comida favorita, esa de moros y cristianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario