domingo, 8 de julio de 2018

Sandía y verano


Nunca he vuelto a probar aquellas sandías que comíamos los veranos que pasábamos en Lanzarote. El sabor es diferente a cuantos otros probé después. Nunca vi caracolas más hermosas que las que recolectaba en Playa Blanca. Nunca fiestas de pueblo como las de Yaiza, ni fresco estival como el de Haría, en mis recuerdos. Casas blancas, puertas verdes, camellos, piedras volcánicas, olivinas; Cangrejos blancos, la cueva mágica. Géiser, Golfo, Bufaderos... Mirador del Río y La Graciosa; La Geria, la Montaña del Fuego, el Cercado Mariano. Amigos de verano, lagartijas, aljibes, sombreras, cuerpos dorados, acento cantarín, jugadas de cartas de madrugada, historias para no dormir. Mis ataques terribles de asma... Donde mi hermana la pequeña aprendió a caminar. Cuando esperábamos la llegada de mi padre, que iba y venía a Gran Canaria... Nunca las sandías me supieron igual. Nunca como las que comíamos durante los veranos que pasábamos en Lanzarote.

2 comentarios:

  1. Nunca, nadie nos podrá arrebatar los recuerdos de los largoa días de vrano, ... de su luz. Su memoría, permanecera en nuestro interior más allá del invierno y nos evocará sensaciones,... sabores,... aromas que nunca olvidaremos. Feliz verano!

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