jueves, 10 de enero de 2013

Me he atrevido a hacer este blog porque hay mil cosas que me gustaría compartir públicamente y que  a veces una no encuentra el foro adecuado para hacerlo. Quienes me conocen saben que escribir forma parte de mi vida, forma parte de mi personalidad y por tanto renunciar a ello sería como amputarme una parte vital de mi organismo. Pero quiero también pedirles que participen, que expresen sus ideas, que critiquen lo que escribo, que hagamos debates, porque discutir es otra de las cosas que me encantan, siempre teniendo en cuenta el lado positivo de todo ello... jajajjaja.
He creado una página  a la que he titulado `Desde el tercero G´, es una especie de biografía de lo que fueron mis vivencias durante los años de carrera y la década que viví en Madrid, me queda muy lejana, me parece que fue una vida que vivió otra persona por mí.  No si si alguien tendrá esa sensación de lo vivido veinte años atrás... pero rebobinar, no solo es agradable, a veces también duele traer los recuerdos al presente y es un ejercicio harto difícil. Quisiera pedir perdón si me olvido de alguien, si dejo atrás anécdotas que han podido ser importantes para quienes compartieron conmigo esos 11 años en el apartamento en el que acumulé sueños, libros, periódicos, revistas, cartas, postales, frases por las paredes, póster, fotos... personas, polvo en la moqueta, manchas de vino y humo en el techo... recuerdos que como pompas de jabón se perdieron en el tiempo y que ahora que han dejado el cerco en el alma, piden que las airee, que las deje salir... brindo por todos y todas las que compartimos noches en vela, juergas, llantos, borracheras, placer, dolor, estudio, filosofía, liturgia, visiones de futuro... por quienes están, por quienes estuvieron, por quienes hubieran podido... fue triste levantar aquella casa, fue triste dejarla atrás, y es ahora nostalgia hecha orgullo cuando me dicen que al pasar siempre miran a mi ventana, siempre miran el portal, o incluso quienes siguen viviendo allí, que al pasar siempre miran de soslayo y dicen que creen verme en los pasillos, que miran la puerta del tercero G y consideran a sus nuevos inquilinos como okupas... ellos si que son okupas de mi corazón. A algunos les tengo aquí en Gran Canaria, y sobran motivos y palabras para expresar lo que una no puede expresar...

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