sábado, 4 de mayo de 2013

Amor adolescente


Ayer iba en la guagua y me quedé mirando una joven pareja que iba sentada frente a mí. Jóvenes estudiantes seguramente de algún instituto cercano. Me acordé de mis padres, porque mi padre siempre tuvo la manía de poner el brazo por encima de mi madre en su asiento, como queriendo decir “ésta es mía”, supongo que una medida de protección paternalista, y esta pareja iba así. No quería resultar una cotilla, pero no podía dejar de mirar y darme cierta envidia recordar aquellos días de instituto, aquellos días donde una mirada o una sonrisa eran un mundo… rememorando vi como el chico quitaba la mano de respaldo del asiento y se cogían de la mano… Naturalidad, amor, comienzos de un futuro incierto, guapos, vestidos a la moda y con sus mochilas llenas de trazos, firmas… Me pareció tan romántico… yo les miraba como digo con una pizca de envidia… pero cuando me di cuenta vi que otras personas les miraban de soslayo, incluso un señor mayor soltó un bufido de esos que parecen taladrar el tímpano sin que apenas lo oigas… No les miraban de la misma forma que yo, mientras yo veía el amor primero, ese que se recuerda siempre, había miradas recriminatorias, miradas algunas de asombro… eran dos chicos.


Sigo sin entender que la gente no comprenda el amor entre seres del mismo sexo, porque era tan bonito mirarles, eran dos personajes de película de love story, a cuál más guapo, a cuál más enamorado…
Para colmo leo hoy con tristeza cómo afecta a los jóvenes la homosexualidad en las aulas, cómo sigue existiendo mucho armario en las escuelas. Espero y deseo de todo corazón que esto termine de normalizarse, que todo ser humano pueda demostrar el cariño que siente por otro ser humano libremente, que no tenga que esconder sus caricias, sus besos de medio lado en público, esos que todos hemos dado alguna vez en la adolescencia, esos que te ponen la carne de gallina en el corazón y las mejillas tan rojas como la misma sangre…

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