sábado, 31 de mayo de 2014

Cinco meses


Ella se lo advirtió: “mis relaciones nunca han pasado de cinco meses”… y no la creyó cuando la conoció un 30 de enero. Pero casi terminando mayo decidió bloquearla de su vida, de sus redes sociales, de su teléfono… cómo podía volverle loco una mujer cómo ella… tuvo que poner silencio por medio y tuvo que darle la razón. Dolía el alma perderla, dolía fulminarla de su vida, pero al menos un tiempo necesitaba alejarse de ella. “No serás el último ni el primero… cuando llegamos al quinto mes todo se vuelve insoportable. Pero no te alarmes, pasado un tiempo volveremos a querernos, seremos amigos y no dejarás de arrepentirte durante toda tu vida de no aguantar más allá de los cinco meses”.

Le advirtió que se volvería posesiva, no celosa, los celos nunca fueron con ella, le daba toda la libertad del mundo, sabía que una vez que la conociera y entrara en su vida, se colara en su dermis, llegaría a lo más profundo y envenenaría para siempre su corazón. Y aun así no la creía. Ella le exigía palabras, no era como el resto de las mujeres que le pedían muestras de amor, regalos, mimos… no… ella quería todas sus palabras, quería extraerle todos los textos del mundo, quería poseer sus letras, quería hasta el último rincón de su mente. Y sus palabras salían a borbotones, sus letras y grafismos iban para ella y nunca estaba satisfecha. En cinco meses pudo haber escrito varios libros, en cinco meses pudo darle todas las palabras que necesitaba pero erre que erre, quería más. De la A a la Z, lo quería todo y lo dejó vacío, sin ideas… su mente solo pensaba en ella, día y noche inventaba palabras que darle, pero las ahogaba en el silencio, y la palabra se hizo nada.

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