sábado, 7 de junio de 2014

Jessica Herrera, sangre, y pasión


A mí me encanta hablar en público, bueno, en general hablar, como dicen quienes me conocen… soy de esas personas que disfrutan compartiendo, disfrutan manteniendo un buen debate, discusiones, en el sentido de la acepción de la palabra discutir. Tener delante personas capaces de seguirme, de refutarme, de darme argumentos y opiniones sólidos que incluso me hagan tambalear las propias. Anoche, 6 de junio, tuve ocasión de disfrutar un momento público con dos personas que se han convertido en pilares importantes en mi vida, Ramón Betancor y Jessica Herrera. Ramón y yo presentamos la segunda entrega de la ‘saga sangre´ que Jessica defiende, con gran acierto, `Cazador de sangre´. Ni Ramón ni yo somos lectores habituales del género fantástico, lo que no quita para que una lo haga sin prejuicios literarios, puede gustar o no, como en música odio el reggaetón, lo que no quiere decir que no lo escuche. El caso es que me he llevado una grata sorpresa al descubrir a Jessica, no solo como persona, que es indescriptible, sino como escritora. Tuve ocasión de presentar su primera novela `Pentáculo de sangre’ en un evento, y la leí, consciente y confesando que jamás la hubiera comprado en un librería. Me sorprendió su calidad literaria y lo he dicho en varios foros, escribe muy bien independientemente de que me pueda gustar o no su género. Que vamos a ver no puedo negar que sigue sin gustarme, me gusta ella. Y con esto quiero decir dejando de lado el género humano al que ambas pertenecemos, que la he leído y leeré, porque además me ha enganchado y estoy esperando esa tercera y creo que última entrega.

No hubo mucha gente, no aparecieron los colegas que siempre están diciendo que hay que apoyarse unos a otros, esos que hace unos días me tiraban literariamente de las orejas en este mismo blog… No vendió muchos libros, porque desgraciadamente tenemos una realidad, y es que los libros no son prioritarios, ni los suyos, ni los míos, ni los de nadie… porque la cultura es un lujo, es un lujo que no podemos abandonar. Los escritores hacemos historia, tenemos una responsabilidad que cumplir con el resto de la humanidad, un compromiso y hoy, defiendo el de Jessica Herrera. No solo hay vampiros y cazadores en sus libros, hay valores, hay documentación histórica, hay realismo a pesar de ser un género de fantasía y ficción. No voy a repetir aquí cuanto dijimos anoche de ella, porque si lo hubieran querido oír, haber ido. Solo quiero decir que es escritora y además, buena escritora. Hay quienes se llenan la boca al presentarse como tales y ni por asomo, en todo caso escribientes. Esta noche estaba una de sus profesoras más querida, ella la responsabiliza de ser la que la empujó a escribir… aplaudo a la profe, y aplaudo a todas las profesoras y profesores del mundo que saben que la ilusión y el entusiasmo no cuentan. Esas personas que con maestría nos han abierto un camino y nos han enseñado que no solo se puede soñar, que se debe hacerlo. Pero hacerlo con trabajo, con tesón, con formación, con lectura… con mucha, mucha preparación. Porque escribir no es juntar letras, escribir no es saber hablar… escribir no es querer contar una historias, no es conocer la gramática al dedillo ni los signos de puntuación. Escribir es contar, es trasmitir, es entretener y además aportar valores a los lectores. Es un compromiso, que hoy en día puedo decir que Jessica ha adquirido, que ha asumido su rol y que lo seguirá haciendo. Me siento orgullosa de tenerla como amiga, de que escriba, de que haya confiado en Ramón y yo para presentarla. Me siento orgullosa de poder que decir que si la rechacé por su género literario me he llevado una buena lección, y que espero que sea ejemplo para toda esta gente joven que empieza (cuando digo joven e inexperta no me refiero a la edad) con deseos de ser famosos, deseos de triunfar y tener notoriedad, porque el reflejo de una misma es lo que hace que llegue adonde deba llegar.

Una noche con un público que hubiera deseado que reventara el local a Fátima, querida compañera que hace un enorme esfuerzo por hacer del Gallinero Arte Café un lugar de encuentro cultural. Una noche mágica, gótica, negra con chupitos de sangre en cada mesa… porque el mérito de Jessica no es solo escribir, sino como bien resaltó Ramón, creer en ella y en un producto. Decoró el local, preparó la escena de forma que nos adentráramos en el mundo oscuro de cazadores y vampiros… y conmigo lo consiguió.


                                                                                     


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