lunes, 19 de enero de 2015

Muñecas


Torpes palabras que nunca salieron de tu boca. Te dejaste llevar y jugaron contigo. ¿Dónde van las muñecas rotas?, preguntaste. Alguien gritó “directas al desván”. Tú te encogiste imperceptiblemente, y sin rechistar, dejaste que te subieran a hombros y te arrinconaran con los trastos viejos.
Hoy estás en lo más alto, desde tu pedestal miras el mundo a través del cristal. Unos vienen, otros van… y las muñecas como tú siempre permanecerán en los desvanes de otras casas, en los huecos olvidados que el tiempo y el polvo invadirán. Pero serán reinas de su espacio y no tendrán cuentas que dar.

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