sábado, 10 de octubre de 2015

Ayotzinapa

Foto: Saúl Ruiz para el diario El País
¿Qué madre no llora un dolor así?
¿Qué madre no grita esa angustia?
¿Qué padre no suelta sus lágrimas al viento por el hijo perdido?
El compañero de clase, la fiel amiga... el abuelo, la vida interrumpida
¿Quién no estalla en sollozos silentes?
¿Podrá Cocula volver a ser un basurero?,
¿Podrá el mundo volver a oír hablar de Iguala sin sobresaltarse?
¿Volverá México lindo a abrazar la muerte?
No puede un pueblo dejar de mirar a su gente, de afligirse por estas vidas cercenadas. No puede el mundo olvidar y seguir adelante.
¿Qué madre no llora a un hijo?
Yo madre declaro, que de ser madre de uno de esos 43 estudiantes, lucharía a muerte. Miro a mi hijo callada y agradezco a la vida tenerlo presente.
No hay dolor más grande para una mujer que perder a su hijo, yo mataría y moriría por el mío y detesto la sangre, no soy nada violenta, pero sí tengo lengua y manos combativas que gritarán al viento y a toda Europa por qué llora mi América Latina.




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