Esa cuerda no aprieta, no ahoga, no pesa... es tan ligera como una pluma... la pluma que moja la tinta con la que te he de escribir en el pecho, que te quiero sólo a ti.
Fue un beso la excusa perfecta y ese beso me ató a ti... tú que escuchas y pintas los textos, los textos que te prometí.
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