Me pierdo en tu boca y reímos a mandíbula abierta porque nada puede empañar el amor que sentimos.
Recorres mi espalda en suave caricia... y me dejo llevar por el suave murmullo de tus labios mordiendo los míos.
Aplaudo en silencio el camino escogido porque sé, que llegaremos al destino previsto.
Ni el diablo podrá evitar que esta pasión desbordante rebose los límites prohibidos.
Te mimetizarás conmigo y seremos las aguas que lleguen al mar, pero jamás al del olvido.
Tu risa será mi risa y en tus brazos haré por siempre, mi nido.
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