domingo, 21 de agosto de 2016

Presentación en Ciudad Real

Íbamos como locas sin haber dormido casi nada. Llegamos en el Ave desde Madrid después de haber viajado desde Gran Canaria, y en lugar de descansar soltamos las maletas y salimos a ver la ciudad manchega. Era jueves y vaya marcha había en Ciudad Real, yo conocía varios pueblos, pero nunca había estado allí. Apenas desayunamos salimos pitando y con las prisas nos perdimos en la rotonda. No sólo llegamos tarde, sino que el pobre barranco - nuestro compañero Pedro, apodado así por su alergia, siempre con clinex y con agüilla por ojos y narices- había llegado una hora antes y nos había reservado sitio. Entre que nos acreditamos y lo tarde que llegamos, decidimos esperar al primer café del descanso.
El simposio duraría hasta el domingo y a nosotros nos tocaba presentar el proyecto esa misma tarde del viernes. Lo habíamos denominado La Alacena y la verdad es que se había granjeado en poco tiempo el apoyo de las instituciones. Era un soporte electrónico que iba a revolucionar la vida de los bibliotecarios y de los archivos en general. De hecho gran parte de las universidades como ahora la de Ciudad Real, nos pedían enseñarlo a los estudiantes. En la ULPGC no hay Biblioteconomía y Documentación, así que convencer al departamento de Ingeniería Aplicada nos costó lo nuestro. Ahora somos pioneros y la universidad francesa París-Dauphine quiere trabajar con nosotros para mejorar el software. Pero si nos hubieran visto esa tarde, metabolizando alcohol, con nuestro marcado acento, ni se habrían planteado contratarnos los próximos dos años. Afortunadamente, Guillaume Roi, el jefe del departamento es tan aficionado a los caldos como nosotras ©...

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