Estallaron las palmeras de colores en el cielo, mientras ella lloraba su tristeza… el ruido de los voladores impidió que se oyeran los gritos que lanzaba desde su interior.
El nudo en la garganta, las lágrimas a punto de salir a borbotones, el miedo pegado a las paredes del estómago… mientras, todos celebraban el nuevo año, ella se enfrentaba a una nueva vida.
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| Foto de Noemi RHpostivo, derechos reservados. |
El humo que dejan los fuegos artificiales se asemeja a las nubes que hay en su mente… piensa en los volcanes azules que expandieron la lava por su cuerpo, en los dedos que tocaron su alma, la boca que mordió sus labios… la frontera que emerge de sus espacios.
Entre gritos, vítores, besos y aplausos la llevan en volandas… todos quieren verla feliz y ella calla, y sonríe… y tiembla con ese frío que deja la ausencia, y cuando no se dan cuenta se aparta, se difumina en el aire, su mente flota y lo busca, lo imagina envuelto en su angustia, llorando a la luz del crepúsculo…
De repente una voz que le susurra, un olor que le trae recuerdos, una mano que toma su mano y un guiño cómplice que la llena de emoción… parpadea el móvil y un mensaje que no dice nada, un mensaje que lo dice todo… ¿Dónde estás?
Y un corazón que galopa, una esperanza que vibra y le devuelve el color, una madrugada que se vuelve terciopelo… una mañana en la que de nuevo lucirá el sol y sentirá su calor.
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