Ella le amaba irremediablemente pero, se cansó de rogarle. Alguna vez pensó que si hicieran un estudio anatómico de su corazón no verían a través del microscopio más que células con su propio nombre... era tan egocéntrico, tan inhumano.
Se mostraba al mundo como la sal de la vida y realmente era la pimienta. Amarle hacía sufrir, soltar lágrimas saladas... no era capaz de deshacerse de él... se enfadaba consigo misma... no entendía que una mujer tan cabal, tan analítica, tan centrada en su mundo científico de pruebas y ensayos, de verificar varias veces... se hubiera enamorado de un ser tan egoísta, de alguien que no sabía de amores, que se perdía tras el vuelo de una falda o la curva de una espalda, sin comprender que eso comparado con sus sentimientos no era nada... y era tan tonta... tenía ante sus narices al hombre de su vida, el hombre capaz de construir un Taj Majal para ella. Cuidarla, amarla, respetarla... compartía todos sus males, estaba siempre que lo necesitaba a su lado, incondicionalmente... se cansó de rogar ser amada y lo peor era tener el sentimiento de pertenencia y saber que jamás ese hombre encontraría una mujer como la que ahora se entregaría para siempre al verdadero amor de su vida, a ese que se desvela por ella, lucha por ella, vive por, y para ella.©
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