Me gusta observar las terrazas vacías, máxime cuando ha caído una buena lluvia y nadie se sienta huyendo de las gotas y el rastro húmedo del agua.
Me gusta imaginar a quienes se sientan e inventar conversaciones enteras.
Me gusta observar la ausencia y llenarla con palabras, con sonrisas, con el olor de un café y el humo de los cigarros... con el tintineo de las copas al sonar... confesiones en susurros, alguna lágrima suelta, gritos, algarabía, una íntima conversación o intensa discusión... proyección de objetivos, sueños rotos...
Me gusta idear contextos y soñar romántica, verme escribiendo y cruzarme con alguna sorprendente e inesperada mirada.
Me gusta ver el arcoíris a través del cristal y elegir el color para mirar el día, elegir el color para mirar la vida.
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