Me quedé ensimismado observando como aquel gusano entraba y salía por los trozos abiertos de la manzana... y me sentí como él, perdido, un gusano que se dio un atracón y perdió lo que más quería.
Mi mente la busca y la llama, le grita que vuelva... y la recuerdo sentada en el borde de la cama, llorando desesperada y sin atreverme a consolarla.
Recuerdo aquel triste día de febrero cuando sólo podía renegar de mi mismo... sonaban unos bongós bajo nuestra ventana. Era el viejo loco cubano que arrastraba la cabeza de un maniquí con un sombrerito negro de esos que alguna vez estuvieron de moda... siempre contaba que era su amada... inventaba historias de aquella que se fue a Miami y lo dejó tirado en la vieja Habana... ahora me llega triste su lamento.
Ahora soy yo el que está loco, yo el que llora a su amada, yo el que la ve reflejada en cada espejo, en cada lágrima... Ahora soy yo el que la llora desconsolado, el que inventa historias ... quien lamenta ser un gusano... un simple y solitario gusano.©
No hay comentarios:
Publicar un comentario