Soledad y autocompasión

¿Qué te queda?, te preguntas. ¿Qué va a ser de tu vida ahora? Desnudo, vulnerable, vacío...

Tu propia vida ya no es vida. Jugaste y perdiste... puede el mundo juzgarte e incluso salir absuelto. Pero, ¿podrás perdonarte tú? ¿Podrás mirarte en los espejos del alma sin avergonzarte?

Haces barricadas con tus sentimientos que se resisten a las guerrillas que te encienden por dentro. Esos pensamientos que hacen frente a los malos augurios que se cuelan por la punta de los pies.

Las consignas que gritan tus vísceras ya no te convencen. Cierras los ojos al mundo cuando en realidad es el mundo quien te los cerró.

Sergio Lopez Herrera, derechos reservados.

Tratas de dar cuerda a tus latidos, y una lengua de trapo que no te deja expresar esas caricias encerradas en candiles de plata... luz que no llega, crecientes mareas que anegan tus ojos... arenisca molesta que te impide oír... Dolor obstinado que se derrama en la palangana del desamor. Sombra de tu sombra que gime en silencio, y arrastra las cadenas de tu oscilante condena: soledad.©