miércoles, 30 de agosto de 2017

Rojo

Me contabas cuentos y yo quería más. Triste que todavía haya vida, sea largo el camino- como dice un amigo-  y ya no podamos compartirlos. Seguiré buscando letras que me recuerden a ti, palabras que asocie a tu recuerdo, tu olor, tus latidos, el tono de tu voz, la caída de tus párpados cuando andas distraído. Esa filosofía que teorizabas tan a menudo, pero que nunca ponías en práctica. Sí, seguiré buscando entre libros, absorbiendo conocimiento, creciendo en silencio. 
Manuel M. Almeida. Derechos reservados.
Y no olvidaré pintar mis labios de rojo, mis uñas de rojo. 

Ese rojo, el vivo color de las cerezas con que yo disparaba mis besos y tu esquivo los dejabas flotar. Te los dejaba en los espejos, en los cristales del coche, en la espalda, en los brazos y hasta en las nalgas desnudas... en los mensajitos del móvil y los que te escribía cuando me iba a trabajar. Recuerdo a veces como se dilataban tus pupilas cuando los venías a buscar. 

Te dejé un beso en la última servilleta del último café, junto a la tarta de chocolate que no comimos. Sí en aquella bandeja metalizada que temblorosa sostuve entre mis manos cuando nos vimos. Tal vez no te diste cuenta, tal vez se fue a la basura como todo mi cariño.  

2 comentarios:

  1. Muy tristes tus letras Son capaces de mostrar el dolor en ellas impregnados. Buena forma de escribir. Besos!!

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  2. Gracias mi niña, nunca son agradables las despedidas.

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