domingo, 22 de julio de 2018

Pedacito de cielo


Fui yo quien te dejó acariciar mi corazón. Ese acto voluntario, estudiado y reflexivo conlleva el mayor riesgo del mundo. Ponerlo en tus manos no significa que puedas usarlo a tu antojo... Es tuyo, pero lo custodio yo.
Sé que la lluvia cae monótona y fría y que tus manos no pueden retener las gotas, ni las lágrimas vertidas.
Estreché tu alma y me até a ella por siempre y sé que no aprieta el nudo. Sé que tus palabras hirieron, cortaron moribundas sonrisas que luego revivieron.
Te debo tantas cosas... nadie puede negar que fuiste sin duda un pedacito de cielo.


Derechos reservados. Foto propia.

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