lunes, 20 de agosto de 2018

Satánica treta

Los cambios de marea practican conmigo una satánica treta. Invaden esta orilla atlántica que nos baña con remotos recuerdos. La puesta de sol sobre la bahía me trae el eco de tus palabras, pero no oigo tu voz. Acude a mis ojos la imagen de tu espalda bañada por el sol, el dorado pecho que cálido suspira mirando al horizonte. Mientras, yo abro un libro por la página precisa, esa que habla de otros, esa que me lleva a leer y releer líneas porque no consigo centrarme. Al contrario, cada letra que forma tu nombre baila ante mí como tenues fantasmas que marean. Cae la tarde y se esfuma el color azul y plata. Cae la tarde y llega la sombra. La sombra que desdibuja tus ojos, la mueca de tu boca, las arrugas de la frente. Y muero por esa comisura, muero porque las rocas se desplomen, se abran las aguas, y la brisa te traiga hasta mí cabalgando por encima de los pinos.

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