Ame Reyes, derechos resrvados. |
Ella se negaba a cerrar la puerta para siempre. Puso candado, es verdad. Eso indicaba el valor que daba a lo que dejó en su interior. Guardó celosamente la llave. Imploró a los cielos, a los dioses cristianos, paganos, budistas... rogó porque algún día aunque se oxidase el recuerdo tanto como la llave, aunque el sol desgastase el color y astillase la madera... rogó, rogó y rogó por oír unos nudillos conocidos. Un sonido que tantas veces oyó en su corazón. Las campanas doblando en la memoria, doblando, y no para anunciar precisamente el fin.
Texto que pertenece a El Universo Mágico de Ame Reyes.
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