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lunes, 9 de abril de 2018

Danza macabra

Hoy mi amiga y escritora Martina Villar,y tras esta foto de nuestro común amigo Marcos Rivero Mentado, me ha traído de recuerdo a Baudelaire, y he releído algo como: 

Ses yeux profonds sont faits de vide et de ténèbres, 

Et son crâne, de fleurs artistement coiffé, 

Que podemos traducir por algo así: 

Sus ojos profundos vacíos y oscuros. 

Su cráneo, de flores artísticamente peinadas… 

Les Fleures de Mal, un pedacito de ´Danza macabra` que me inspira: 

Marcos Rivero Mentado, derechos reservados.

Rosas muertas, muertas pero tan bien puestas, tan maquilladas de olvido. Colocadas por la mano del amigo que las quiso retratar en el tiempo del silencio. Rosas que olieron a rosas y hoy a tierra y espanto. Rosas que fueron rojas, de pasión, amarillas de y esperanza… hoy vacías de aquella entrega. Oscuras casi tan negras como la misma muerte. Danzan macabros los recuerdos del amor despiadado. Danzan al amparo de la miseria y tal vez la misericordia de quien diera sepultura al amor aciago.

domingo, 3 de julio de 2016

No quiero rosas

Decía Pessoa algo así como no quiero rosas mientras las pueda tener...

No las quiero grito yo, porque por bellas que sean siempre terminan dando mal olor... se pudren en el florero y cuando te das cuenta no son tan hermosas como parecían.
Foto: Jordi Navarro, cedida y con derechos de autor

Hay personas que como las rosas un día están esplendorosas y cuando te das cuenta, se marchitan, han perdido forma y color.

Por eso prefiero una maceta, una planta de interior, ya le coloco yo adornos para que luzcan mejor.
No quiero rosas, no... ni aunque las pueda tener.©

domingo, 3 de enero de 2016

Pentagrama

Una ajada rosa amarilla, un pentagrama y un trozo de papel emborronado... un cenicero lleno de colillas, unas copas de vino, alguna con carmín, el olor a llanto encerrado y ganas de dormir... una noche que se estrella en la madrugada, un acorde que pugna por salir... unos dedos que tocan desgarrados lamentos que están por venir... tú regalaste las rosas y el vino... yo puse el grito en el cielo, y tú... tú te quisiste ir.
El humo denso del cigarro atravesó las palabras roncas del adiós, y la guitarra lloró cuando el portazo, cerró de golpe el amor.