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sábado, 17 de junio de 2017

Perinqué

Ella detestaba los tatuajes, juró que jamás se enamoraría de alguien que llevase su piel pintada. Pero estaba allí en la orilla de la playa y mientras las olas batían sobre su muslo observaba como el tatuaje se deslizaba sobre su piel, retorciéndose y cambiando de forma. Aquel perinqué le recordaba su orgullo guanche, le hacía pensar en el hombre que amó. Él también la quiso, pero como lagartija huyó entre las piedras... desapareció sin dejar rastro, sin un adiós. Resbaladizo, silencioso, viscoso, verdoso... sin más desapareció. Ella observaba ese bicho que tanto detestaba y al deformarse bajo el agua, parecía doblarse sobre sí mismo, retorcerse. Así andará por el mundo, viejo, perdido entre recuerdos. Recuerdos, recuerdos, la arena cae entre los dedos, las nubes vuelan sobre ella, las lágrimas se mezclan con el mar y a lo lejos alguien hace un guiño a su maldita soledad. ©

martes, 6 de diciembre de 2016

Tatuajes

Tal vez no era el momento, pero ocurrió como ocurren las cosas inesperadas. Agosto a las dos de la tarde, un sol de justicia, sudorosa e hiper cansada, era la última persona que esperaba ver en ese entorno... y allí estaba él, al pie del Roque Nublo. Supongo que hay varias formas de ruborizarse y que aquel golpe de calor podría ser la excusa perfecta.


¿Cuántos años habían pasado? Más de 20 seguro... y a pesar de los cambios físicos seguía conservando aquella figura delgada. Se quitó las gafas de sol y tenía la misma mirada triste de ojos pequeños... aquellos que la enamoraron en la adolescencia.

Se saludaron con un par de besos, se acumularon tantos silencios... ambos se sentaron mirando al infinito, apenas rozaron sus manos... quizá transcurrieron otros 20 años y desde entonces ambos portan un tatuaje con el roque en su antebrazo.©

lunes, 5 de octubre de 2015

Corazones

Ella odiaba los tatuajes pero cuando se enamoró nada de lo que detestaba tenía sentido....
Dibujaba corazones por todas partes, creía que hacerlo le iba a devolver el amor perdido...
Pero ninguna imagen, ninguna palabra, ni las oraciones lanzadas a gritos...nada de eso le traía consigo. 
Siguió pintando corazones rojos, corazones azules mientras la vida se iba y él... él no desandó el camino.