Aquel mi primer año en Madrid no me fue muy bien, en lo que a estudios se refiere, suspendí tres asignaturas para septiembre, eso sí, las
otras tres las aprobé con notable. A lo largo de los años he comprendido que
cuando uno llega a la universidad la falta de madurez hace que ni siquiera
adquieras los conocimientos de la misma forma en que uno puede adquirirlos a
los 30 años. La experiencia me ha demostrado que todo lo que me he propuesto
estudiar después lo he sacado con el máximo rendimiento, no sólo reflejado en
las notas, pero eso tardé también algunos años en descubrirlo.
Desde ese primer año mi hermana Jose, que estudiaba séptimo
de EGB y que hoy es una gran abogada, se vino a pasar unos días conmigo
a Madrid, cosa que no dejó de hacer en todos aquellos años… Ella y Cristina, su
inseparable amiga del alma, otra hermana postiza que la vida nos fue dando, y que por supuesto tienen su capítulo en estas líneas.
En mi primer verano de regreso a casa trabajé en un
suplemento deportivo que en esa época editaba Prensa Canaria, Canarias
Deportiva, no aprobé ninguna de las tres asignaturas pendientes en
septiembre, pero me animé a sacarlas junto al próximo curso. En septiembre
cambiaron muchas cosas, lo primero fue quedarme sola, porque Eva, se marchó a
vivir a otro apartamento con su hermano Daniel. Él vivía con nosotras, pero la
verdad es que la convivencia era un poco complicada en ese apartamento tan
pequeño y falto de intimidad, él tenía una novia con una hija y claro, cuando
venía de Gran Canaria era demasiado y a mis padres no les gustó nada la idea.
Mi relación con Daniel era muy buena, es enorme y la verdad es que una se
sentía protegida por él que además trabajaba de seguritas. En cuanto a Eva,
nunca dejamos de ser amigas, de hecho, Daniel se marchó a Las Palmas
definitivamente y ella volvió de nuevo a compartir el piso conmigo.
La verdad
es que juntas vivimos una época tan maravillosa de nuestras vidas, pero la
propia vida nos ha distanciado un poco, de hecho, la última vez que trabajé en
un periódico, no digital, lo hicimos juntas, en La Tribuna de Canarias, mi tercer gran fracaso
en un diario que tiene que cerrar por motivos de mala gestión, el primero fue
el diario El Sol en 1992 en Madrid, que editaba el grupo Anaya y que tras pasar
todas las entrevistas y tener el 99% de posibilidades de pasar a formar parte
de la plantilla, en dos días cerró y me quedé con las ganas. Más tarde y tras
pasar un mes en La Gaceta de Las Palmas, ocurrió un tanto de lo mismo en el año
96. Pero bueno, a lo que iba, coincidí con Eva en La Tribuna hasta el cierre
por regulación de empleo de la misma. Ella trabajaba en Deportes, su puesto
ideal, siempre quiso ser periodista deportiva, cosa que me contagió a mi
durante una temporada, hasta que me di cuenta que lo que en realidad me gustaba
era Sociedad. Hubo un cambio en la dirección del periódico, cambio que había
prometido acabar con la crisis, pero que empeoró la calidad del mismo y mermó
la capacidad de trabajo de todos los compañeros que resistimos hasta su fin.
Eva fue trasladada de Deportes a Región y de ahí a Sucesos. Nuestra relación me
parecía algo fría y distante entre dos amigas que habían compartido tanto... Es
verdad que luego la vida nos fue separando profesionalmente ... no sabría
explicar exactamente qué falla, pero si podemos decir que mensajearnos por
Navidad o nuestros cumpleaños es ser amigas, pues somos amigas.
Eva y yo estudiamos juntas COU, pero durante el curso apenas
nos tratamos porque ella solo iba a dos
asignaturas, sin embargo cuando nos fuimos a examinar de selectividad y
ambas nos enteramos que las dos queríamos ir a Madrid a estudiar periodismo,
fue como providencial. Nunca quise ir a un Colegio Mayor, quería tener mi
propia casa, además como mi padre viajaba un par de veces al año, a él le salía
rentable.
Nuestros primeros días fueron muy divertidos, entre hacernos
al barrio, aguantar a aquella locuela que se vino con nosotras y conocernos,
pasamos el tiempo mientras comenzaba el curso que se retrasó hasta mediados de
octubre o noviembre. Además estaba mi tía con nosotras y con ella fuimos a
visitar a una vieja amiga de la familia, Chita. Chita se convirtió en una
persona muy importante para mi, era y aun hoy sigue siendo como una madre en la
distancia, porque ahora vive en Málaga y hace años que no la veo, pero sigue
presente en mi vida. Una familia adorable, Pepe su marido era periodista, de
hecho él ayudó a conseguirnos la plaza, porque entrar en periodismo era
bastante complicado, máxime para los canarios, tenían seis hijos, dos varones,
Rafa y Juanjo, y cuatro chicas, a la mayor solo la vi una vez pero con Galia, Rocío y Carmen hicimos una bonita
amistad. Cada vez que tenía problemillas sentimentales acudía a ver a Chita y
nos sentábamos horas y horas frente a una gran bandeja de dulces y café. Muchos
domingos comimos en su casa con toda la familia y Chita me regaló un anillo
cuando me licencié que guardo con sumo cariño.
A Eva me unía una gran afición al baloncesto y recuerdo que
juntas rememorábamos las Olimpiadas de ese año, donde nuestra selección
española ganó la medalla de plata frente a EEUU, oíamos partidos por la radio y
nos dedicábamos a anotar las puntuaciones de cada jugador y casi todos los
domingos nos íbamos al pabellón del Real Madrid en la Castellana, donde jugaban
hasta la creación años más tarde del de la Comunidad en la calle Jorge Juan o
por ahí, cerca de Goya. Además nos dio por escribir cartas a los jugadores y
algunos como López Iturriaga, Paco Velasco, Andrés Jiménez, Fernando y Antonio
Martín nos respondieron. Fue una época realmente bonita, ingenua y hasta fuimos
coordinadoras del seminario de Deportes en clase de Lengua y llevamos a Martín
Tello, gran periodista entonces del diario “As”, a dar una charla con algunos
más que no recuerdo, pero fue muy emocionante contar con él y además nos dio
los teléfonos de Wayne Brabender y de López Iturriaga para hacerles una
entrevista que teníamos que entregar en Redacción Periodística. Con Brabender
si que concertamos e hicimos la entrevista, con López Iturriaga no tuvimos esa
suerte, pero en el fondo casi me alegro, porque con Brabender me puse tan
nerviosa... él jugaba en el entonces Collado Villalba con los hermanos José
Luis y Toño Llorente, a quienes nos presentó cuando entraban en la guagua que
los llevaba a entrenar. Recuerdo que quedamos en una cafetería en López de Hoyos y puse la cinta al revés y no se
grabó nada, teniendo que repetir la entrevista, por cierto tuvimos que entregar
la cinta junto al trabajo en la facultad y nunca la recuperamos. López
Iturriaga era mi ídolo, le escribí tropecientas miles de cartas, recuerdo que
Eva y yo algunas mañanas en lugar de ir a clase nos íbamos al Retiro y
escribíamos cartas. Raúl una vez empezó a escribir una canción sobre ese tema,
tengo unas letras escritas por él en una agenda. Eso fue hace tiempo, en el 92,
un día que fuimos a pasear a Aranjuez y que le había dado plantón a mi entonces
novio, Alberto, con el que tuve una bronca descomunal como adelanto del fin que
en poco precedió a nuestra relación.
Así fue como Eva y yo empezamos aquella aventura de la
facultad, estábamos en la misma clase, aunque luego en segundo nos separaron y
volvimos a unirnos en cuarto y quinto. Nuestra amistad se basó en confesiones
personales, en vivencias que compartimos tan importantes como los amores
perdidos, las ilusiones rotas, la recuperación posterior... vivimos juntas la enfermedad
rápida y galopante de su padre que acabó con su vida en menos de dos meses, las
bodas y nacimientos de nuestros sobrinos, la muerte de su hermano Marcos, solo
habían transcurrido unos seis años, cuando escribí todo esto. Hemos estado
separadas muchos años, la muerte de su padre aceleró su marcha de Madrid, y yo
empecé una etapa nueva sin ella, pero que seguí compartiendo a través de las
cartas y el teléfono y además fue en un par de ocasiones y salimos juntas con
las amistades nuevas que yo hice y que compartimos... Una buena amiga aunque
siempre creí que yo la apreciaba más que ella a mi, pero tampoco es muy justo
decirlo, cada uno quiere a su manera y no todos los hacemos de la misma forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario