sábado, 6 de abril de 2013

Por Nuria!


Hace un par de días que una amiga me pidió si podía corregirle un relato que quiere presentar a concurso, no voy a hablar del relato, ni siquiera de que una se sienta halagada con estas peticiones porque yo misma las he hecho alguna vez a otras personas. Lo que quiero destacar es el derroche de sentimientos que lanzamos las personas que nos gusta escribir. Cuando estudiaba en la Universidad, uno de los profes de Redacción periodística, José Luis Castillo Puche, nos decía a los que queríamos escribir que lo hiciéramos a diario y nos aconsejaba para ello escribir diarios personales. Yo siempre lo hice, desde los 13 años y hace tiempo que dejé de hacerlo, sustituí como he dicho en otras ocasiones, mis diarios por las agendas, ahí anoto cosas personales, ideas y demás… quizá hemos sustituido los diarios, esos cuadernillos llenos de garabatos, fotos, recuerdos, hojas secas, una rosa que alguna vez alguien nos regaló… nombres, fechas, acontecimientos… por los blogs que hoy día nos ofrece la tecnología. Pero soy consciente de que en los blogs una no escribe para sí misma, escribe para los demás, de ahí que a veces no se reflejen las cosas personales que una no quiere que lea todo el mundo, esa parcela de intimidad, esa ventana de Johari que nunca se muestra.

Nuria escribe con seudónimo, supongo que quizá se lo exija el concurso, y entonces me pregunto para qué exigen los concursos usar seudónimos… entiendo el seudónimo cuando una quiere expresar cosas sin que la identifiquen, en esos escritores que vivían de literatura barata de bolsillo para poderse costear luego escribir los libros firmados con sus verdaderos nombres. Pero no entiendo que en un concurso te exijan usar seudónimo. No voy a despotricar contra los premios más importantes de este país, ni mucho menos, porque no seré yo como una escritora a la que adoro que tras criticarles con vehemencia presentó una obra, ganó y con el reporte económico pudo comprarse su vivienda. No, no lo haré… pero no entiendo el último premio Planeta otorgado a Lorenzo Silva… cumplió con los requisitos? No puedo ni llegar a dudarlo, no me atrevo, pero si me pregunto cómo es posible que llamen anónimo a un libro cuyo personaje principal, el Guardia Civil Bevilacqua, ya es conocido en nuestra literatura, y que además se sepa quién es su creador.

Ahí dejo la duda en el aire, si alguien que me lea es capaz de responderla y aclararla con argumentos sólidos cambiaré de idea. Mientras, hoy por hoy, sigo poniendo en duda que sirva el seudónimo para algo que no sea esconder nuestros verdaderos sentimientos. Nuria, querida, sigue escribiendo y no dejes de poner tu nombre verdadero jamás, hay que ser muy valientes para desnudarse en blanco y negro, para dejar que salgan del alma nuestras palabras que llenen esos folios que para cualquiera puedan parecer vacíos, pero que para nosotras, para todas las personas que escribimos, que pretendemos seguirlo haciendo con honestidad y  rigor, de la peor o mejor manera, gustando o no, pero siempre, siempre serán renglones que interpretar.

1 comentario:

  1. Pues fíjate que estaba yo pensando en usar un seudónimo... Gracias por animarnos a ser nosotros mismos.

    Bonitas palabras.

    Un abrazo, Esperanza.

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