Mientras me había decidido a escribir todo esto, y que
llevaba algo más de un año en paro, me salió un trabajo en un semanario de economía. El lado
positivo que es iba a volver a ganar dinerito, volver a patear calles buscando
noticias aunque sean de economía, mi peor asignatura durante la carrera, claro
que hoy en día, lo que me echen encima. El horario estaba muy bien, en
principio sólo por las mañanas, así que seguía disponiendo de unas horitas para
escribir aunque no lo hiciera todos los días, y tiempo para no tener que
molestar a mi madre o sobrinos con ir a recoger al niño al colegio y atenderlo
hasta que tanto Camilo como yo llegáramos a casa. Afortunadamente puedo contar
con Camilo para la casa, es de esos pocos maridos que comparte las labores
domésticas en todos los terrenos, se defiende tanto con la lavadora como con la
escoba o la comida. Suponía que ahora iría mucho más lenta con este proyecto, y
no quería abandonarlo, e incluso empecé hablando de las próximas personas de
las que quería hablar, de los Flores,
los tres hermanos Flores, Ana, Pedro y Estela.
Sin embargo, antes de empezar a hablar de estos tres amigos
que se convirtieron como en unos hermanos postizos, me puse a escribir de la
guerra. Entonces decía algo así - llevamos ya
20 días oyendo y viendo imágenes de niños troceados, ya que muchos han
perdido parte de sus miembros al ser alcanzados por misiles. Desde que en la
madrugada del 20 de marzo de 2003, EEUU, decidiera iniciar su ofensiva militar
contra Irak, han caído muchas personas, pero la muerte de los periodistas
españoles Julio Anguita Parrado de El Mundo y José Couso, reportero gráfico de
Telecinco, parece que nos ha conmocionado a todos. No tuve la suerte de conocer
a ninguno de ellos, aunque tengo compañeras periodistas que estudiaron con
Julio, pero me ha dejado tan mal. Por un lado se que envidio a todos los
corresponsales que están allí ahora mismo, a pesar de que el Gobierno español
les pida que regresen, porque en el fondo creo que a todos los periodistas nos
gustaría estar ahí, al filo de la noticia, pero pasar a la historia por haber
perdido la vida es algo muy duro, no quiero estar en el pellejo de sus amigos y
familiares. Me impresionó mucho oír las declaraciones del Padre de Julio, Julio
Anguita, ex dirigente de Izquierda Unida, siempre fue un hombre que admiré,
pero ahora su entereza sorprende al mundo y sigue declarando estar en contra de
esta guerra absurda.
“El saqueo
generalizado prosigue por toda la ciudad; grupos desorganizados arramblan con
todo lo que encuentran en los edificios oficiales e incluso en viviendas
particulares, desde aparatos electrónicos hasta mesas e incluso camas.
El producto del pillaje es depositado en pequeños carricoches arrastrados por
hombres, mujeres y niños. Otros automóviles que circulan no transportan el
producto del pillaje, sino cadáveres en ataúdes que llevan atados a la baca del
coche”. Estas son algunas de las frases que publicaba hoy día 11 de abril de
2003 la agencia de noticias EFE. No deja de sorprenderme, soy de las que miran
las imágenes por la tele, a pesar de lo horrorosas que resultan, ¿morbo? No, no
es morbo, es tener en cuenta, retener en la retina lo cruento de todas las
guerras, los destrozos no solo humanos, donde podemos ver museos, casas y demás
edificios caídos.
La guerra ha terminado, en pocos días, pero
ahora queda lo peor, la reconstrucción de un país dominado por los
norteamericanos.
En España ha comenzado la campaña electoral por las
autonómicas y municipales, ahora todos los partidos hacen de las suyas para
echar en cara el tema de la guerra. Creo que ya he dejado claro cuál es mi
actitud ante ella, de repulsa total y absoluta, no obstante creo que hay otras
cosas más con las que tampoco puedo aplaudir a este Gobierno, como el
decretazo, la ley de inmigración, la reforma educativa... no es hora de
castigarle, pero sí de demostrar en las urnas que una no está de acuerdo con la
política llevada a cabo.
Bueno dejemos el tema de la política al margen y retomemos el
hilo de mi relato.
En breve es el cumpleaños de Estela, después será el de
Pedro, así que voy a darme prisa y relatar lo que me une a ellos para poder
enviárselos como regalo virtual. Llegado a este punto diré que ya lo he hecho
con Álvaro y Raúl. Este último me envió desde Washington unas líneas vía mail
que decían así “Querida Mayte, me gustó mucho
como lo escribiste. Al elegir un estilo cercano al epistolar, te da libertad y
flexibilidad en la expresión, además de mayor espontaneidad. No estoy tan
seguro en cuanto a la opción de escribir con "s" por varias razones:
primera, una de las características del español es que, a pesar de la
diferencia dialectal, se conserva una asombrosa unidad gramatical y
ortográfica; algo que no pasa en el inglés, donde algunas palabras se escriben
de forma diferente. Segundo, si tuviéramos que elegir la ortografía según
nuestra forma de hablar, tendríamos que buscar los gráficos para aspirar
algunas letras, o quitar las "s" que en muchas palabras no
pronunciamos. Estas pueden ser mis observaciones. Por lo demás, estupendo.
Espero que me sigas enviando tus escritos para disfrutar de ellos”.
Quizá tenga algo de
razón en lo que dice, no obstante quiero conservar mi recuerdo diferenciando la
forma de hablar de nosotros los canarios frente a los peninsulares.
Una vez más divago y
pierdo el hilo del relato, pues decía que iba a hablar de los Flores. Ya ha
pasado la fecha de sus cumpleaños y no les he enviado nada, pero sin duda lo
haré cuanto antes.
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