He leído estupefacta
el artículo que publicaba esta semana el diario El País titulado `Tres
menores asesinan a un australiano en Oklahoma porque estaban “aburridos”´. No
sé dónde vamos a parar y me pregunto con gran desazón cómo es posible que estas
cosas ocurran. Jóvenes de 15,16 y 17 años no tenían otra cosa que hacer que
coger el coche y buscar una víctima al azar… otro joven de 22 años que
practicaba deporte corriendo por su barrio. El de 16 años fue el que disparó
por la espalda, una pistola del calibre 22 acaba con la vida de un joven de 22
años y se dan a la fuga. El hecho es terrible, pero me llama la atención la
falta de moral, el hecho de no sentir lo que han hecho, no es que no se sientan
culpables, es que no tienen ni conciencia del daño que han hecho. Y menos mal
que fueron detenidos, porque según anunciaron las autoridades hubieran seguido
eligiendo víctimas al azar por diversión.
Quizá la culpa la tengamos toda
la sociedad, quizá la culpa recae sobre la educación que damos a nuestros menores,
quizá… me aterra ver a mi hijo pegando tiros en una pantalla de televisión,
matando zombies o soldados de una tropa enemiga en una batalla virtual. Me
aterra no voy a negarlo, aunque intento ser comprensiva y dejar que juegue. Sim
embargo su padre y yo estamos todo el día dándole la vara, intentamos que lea,
que salga con sus amigos, con la familia… Intentamos controlar lo que hace y
con quién juega, con quién interactúa a través de esa pantalla que sin control
es una ventana al mundo, pero que es también una miríada de anónimos que se
escudan para atraer y absorber a las mentes más débiles.
No quiero ponerme en la piel de
esos padres, ni de los que han perdido a su joven hijo de 22 años que salió a correr, ni el de los tres adolescentes
que le cercenaron la vida. Supongo que son tragedias ajenas y nos quedan lejanas
porque fue allá en el continente americano, en países donde vivir armados no es
una opción. No voy a debatir si es mejor o peor estar armados, creo que es algo
demasiado grande para discutir en un blog, si hago referencia a un informe que
asegura que un 22 por ciento de jóvenes que tienen armas en sus casas las usan
contra otros o sobre sí mismos.
Esta noche lo debatiré con mi
hijo, creo que es lo único que puedo hacer, quizá no sea suficiente, pero sigo
pensando que todo esto, por encima de países, leyes o continentes pasa por una
adecuada Educación y eso no se aprende solo en las escuelas, sino en las casas.
Somos la familia, el primer órgano de la sociedad quiénes debemos asumir la
responsabilidad, valorar la vida humana por encima de cualquier otra cosa.
Dejo unos videos, encontrados en Internet, quizá nos hagan pensar:
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