Había venido de Madrid y llevaba un par de días en el sur de la isla con mi hermana y unas amigas. Carlos se empeñó e venir a recogerme para salir a tomar una copa. Me dejé llevar, además estaba muy perdida de las salidas en Gran Canaria. Entramos en un pub y noté que una chica rubia extendía su cabeza hacía mí al pasar, pero no le di mayor importancia y pensé que era una guiri con copas… Entonces oí un “pero que orgullosa desde que estudia en Madrid”… Mi corazón dio un vuelco tremendo, nos abrazamos y besamos… me quedé tan estupefacta… y me preguntó por qué tanta efusividad… No sabía cómo explicarle y lo primero que se me ocurrió tras presentarle a Carlos, fue decirle que había soñado con ella. Le expliqué que tuve un sueño muy extraño en que ella había tenido un accidente de coche en Alemania y que había preguntado a mucha gente por ella y nadie sabía nada. ”Pero qué dices me preguntó alarmada… espera, espera…” llamó al que entonces era su marido, me lo presentó y me pidió que repitiera lo que le dije. Ambos se miraron asombrados y una sensación de aquí pasa algo, atravesó el concurrido pub que de repente sólo existía para nosotros. Ella se levantó la camiseta que llevaba a la altura del hombro y me enseñó la cicatriz… ”¿Sabes qué es esto?, cuéntale, cariño cuéntale”, instó al marido… Me contaron como tuvo un accidente de coche en Alemania, se mataron el que era su novio, su mejor amiga, que yo conocía, y su propio novio.
Ella estuvo en coma, muy enferma y le tuvieron que trasplantar el brazo, pues con el accidente se le arrancó de cuajo. Me preguntó cuándo lo soñé y me quedé perpleja, incómoda… hablamos apenas tres palabras más y me alejé con Carlos, quien me tomó del brazo y preguntó qué había pasado allí… Le expliqué con todo detalle pero le pedí que nos fuéramos a otro sitio.
Muchas veces hicimos la Ouija pero aquella noche de 31 de octubre creíamos que era la noche ideal para convocar espíritus. Estábamos nerviosos e inquietos… yo me ponía muy tensa y lo tomaba muy en serio. Al principio mil cosas inconexas, pero de repente salió un espíritu que decía ser ella… dijo que me conocía y yo quité el dedo del vaso, para no influir. Nos contó lo del accidente y que estaba muerta. Ahora he pensado que si estaba en coma, igual su mente fue la que se comunicó con nosotros. Yo llamé a mis hermanos y amigos de Las Palmas para ver si alguien sabía algo de ella y nadie la veía desde hacía tiempo. Ahora lo entendí todo. Estuvo varios meses hospitalizada en Alemania, de hecho ella dice que si ese accidente lo llega a tener en España habría muerto. Luego se vino a vivir al sur de la isla buscando calor para el dolor de su brazo, y aquí conoció al que es hoy su marido.
Bueno por fin pude contar a todos los que hicimos la Ouija esa noche que estaba viva, pero que aquel encuentro fue una de las cosas más espeluznantes de mi vida. Jamás volvimos a hacerlo… tiré la tabla y más nunca, más nunca, más nunca…
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