Ahí te espero colgada en las horas del tiempo, en las olas que llegan unas veces con fuerza y otras casi en silencio.
Ahí en la costa cerca de Los Nidillos donde se mezclan los sueños. Con un candil encendido para que a modo de faro llegues a mi puerto.
Te espero y deliro pensando en ese encuentro. Mirarnos callados y hablar sin parar. Rozar nuestras manos mientras anochece. Reír con los gestos tensos de quien finge normalidad, cuando subyacen las dudas, las ganas de llorar.
Te espero y no es fácil mirar atrás, no es fácil dejar que salga la verdad. Se encienden más luces, llegará el alba y las gaviotas nos acompañarán...
¿Será largo el camino de vuelta? ¿Se despejará la bruma y podremos volver a la nítida vida que dejamos pasar? Por si acaso te espero y te escribo en este bello rincón cerca de El Confital.
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