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sábado, 7 de julio de 2018

Brújulas equivocadas

La tarde resplandece en una calle desierta. El calor aprieta y me acerco al mar buscando estrellas en la marea. La lluvia en cambio cae en las plantas de tus pies. Nuestras brújulas están equivocadas, no marcan el norte. Cada cual ha seguido su camino y paramos el reloj queriendo retener los recuerdos. Sin embargo, se desploma el día, y somos reincidentes noctámbulos en busca de paz. Tal vez las estrellas al titilar nos hagan un guiño que nos inunde de esperanza. La aurora despuntará en nuestras dilatadas pupilas. Chisporrotean nuestros latidos reclamando la misericordia que merecen. Regresaremos al hogar, refugio inevitable del llanto perenne, del silente dolor que nos une en la maldita distancia.
Foto de Ángel Araña, derechos reservados.

miércoles, 8 de julio de 2015

Más que calor

Hace un calor terrible, casi 40 grados, normal que salgas de la ducha sofocado. Pero yo tengo un juego para ti, y un ventilador preparados. Mi boca te ofrece el néctar que ya conoces, mis manos con un cubito de hielo refrescarán tu torso, reirás entre grititos de dolor y entonces te invadirá la lujuria y un deseo abrasador. Como posesa te tomo lentamente el pulso de la vida, de esa vida que es mi vida, de esa vida que es de los dos.
Una espiral de ternura invade la estancia, que dará paso en segundos a un huracán desenfrenado…no podrás esconderte de mí, pero sé que en este punto de la partida es lo que menos quieres ahora. Te dejas arrastrar y el calor de mis besos es ahora más elevado que el del calor ambiental… Te sofocas y exiges más caricias, demandas locamente el contacto de mi piel y tus piernas inquietas se mueven, tus manos vuelan como mariposas, esas que revolotean entre nosotros sin que nos demos cuenta.
Sube el vapor de nuestros cuerpos, ni siquiera el ruido del ventilador te distrae, tu que eres tan meticuloso y tiquismiquis. Ambos estamos sedientos, sedientos y sin control, nos haremos acuosas carantoñas, mientras despliegan sus aromas nuestras pieles de poros dilatados. Beberemos nuestras fuerzas y esas gotas que el hielo va dejando caen en mi lengua sin compasión. Y las quieres,y te vengas y respondes de igual manera al juego, este juego que sabemos fusionará más que cuerpos, que cabalgarán en breve contra viento y marea.